El tema del abuso sexual en menores por parte de sus educadores, entrenadores y monitores es una realidad que alerta a las familias. No sólo por el hecho en sí, sino por la invisibilidad y la impotencia que, como madre o padre, se siente al compartir tu hijo/a espacios a los que no siempre se puede acceder (vestuarios, duchas…) y participar en eventos en los que no siempre es posible estar (viajes para partidos, campeonatos o encuentros). En este artículo, pretendemos dar algunas claves para prevenir tales situaciones, aportar garantías al realizar nuestro trabajo y ofrecer mayor seguridad a la hora de confiar a una entidad a nuestros hijos.
Las instituciones públicas, haciéndose eco de esta realidad, ofrecen su propia respuesta. Ejemplos de ello son la firma de un convenio entre UNICEF y el Consejo Superior de Deportes para garantizar un entorno deportivo seguro a los niños o la creación de espacios formativos a nivel nacional desde el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte o autonómico desde la Consejería de Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía. En el caso de Andalucía, tales encuentros están apoyados por algunas de las federaciones de deporte a nivel autonómico. Son incluso ellas mismas, las federaciones, las que se unen a la causa y ya ofertan su propia formación. Esta realidad se hace más patente, y necesaria aún, en personas que practican deporte presentan algún tipo de discapacidad. Así, a modo de ejemplo, la Federación Española de Deportes para Ciegos tiene su propio protocolo para la prevención, detección y actuación frente al acoso y abuso sexual.
Revisados varios de estos protocolos, diremos que todos coinciden en algunos puntos que son clave para la sensibilización y prevención ante el tema que nos ocupa:
–Salas de tratamiento o servicio médico: se hace público su horario y quedará registrado en la entidad el nombre del profesional que lo utiliza y el del usuario que recibe el tratamiento. Esta sala no debe ser cerrada nunca con llave.
–Despachos: los despachos cuyo fin es ofrecer un espacio para las reuniones de trabajo y coordinación con deportistas, otros técnicos o padres, no deben estar nunca cerrados con llave. A su vez, se llevará a cabo un registro de las personas que lo usan y con qué fin.
-Habitaciones: aquellas que se utilizan para el descanso durante concentraciones o días previos a un encuentro o partido, deben ser dobles y las de los menores deben estar separadas del resto de deportistas. El responsable controlará las visitas a las mismas y en ningún caso compartirán habitación un adulto con un menor.
Si analizamos el protocolo citado anteriormente en prevención sobre personas ciegas, y a modo resumen, podemos comprobar que, además de lo expuesto, recoge también el necesario compromiso de los responsables sobre el seguimiento continuado, mediante visitas esporádicas que muestren el interés por la evolución de los tratamientos a la hora de usar las salas médicas o de tratamiento. A su vez se regula la intervención sobre aquellos profesionales que sigilen información u obstruyan cualquier investigación.
En el protocolo del Consejo Superior de Deportes, como en el anteriormente citado, se recogen figuras que garantizan el correcto cumplimiento del protocolo:
- Esta entidad recoge dos figuras llamadas “delegados de protección” (uno de cada sexo) que se encargarían de investigar los hechos y asegurar el correcto cumplimiento del protocolo. Esta figura es fundamental y su tratamiento eficaz, ya que se reconoce que debe presentar un informe en el plazo máximo de 10 días tras el conocimiento de los hechos.
- El “comité asesor”, que entre otras funciones ejerce la de acompañamiento, apoyo y asesoramiento a la persona afectada, y la determinación de continuar con la investigación en caso de no tener datos suficientes, la comunicación al juzgado de los presuntos hechos o el archivo del caso en la consideración de no haber existido abuso.
A modo de conclusión:
Como profesionales del deporte:
- Existen espacios en las instituciones públicas para formarnos en materia de prevención ante el abuso en este contexto.
- Tenemos a nuestra disposición figuras que pueden asesorarnos en caso de necesitarlo si llega a nuestro conocimiento algún caso.
- Debemos conocer el protocolo de actuación para garantizar una práctica profesional impecable y ayudar a detectar posibles casos.
- Debemos transmitir la información sobre el protocolo de la entidad que nos acoge y de las figuras que trabajan por la seguridad de nuestros menores, para asegurar una buena práctica de la empresa a la que pertenezcamos.
Como padres:
- Mantener una relación estrecha y de confianza con nuestros hijos. Recuerda que el abusador crea un halo de silencio sobre el acosado.
- Pregunta a diario a tu hijo cómo le ha ido el día y qué tal sus actividades.
- Observa si hay cambios en él (excesivamente inquieto o triste y apartado) y pregúntale. A su vez, estate atento si hay algún cambio en sus respuestas emocionales cuando habláis de sus actividades deportivas.
- Recuerda que puedes ejercer tu derecho a la información sobre el protocolo que se lleve a cabo en la entidad que trabaja con tu hijo y sobre aquellas figuras que están a nuestro servicio en caso de necesitar consultar o resolver alguna duda.
Teléfonos a los que podemos acudir:
- Junta de Andalucía: teléfono de atención al maltrato: (900 851 818).
- Consejo Superior de Deportes: Información: (915.89.69.38).
- Confederación Andaluza de Federaciones Deportivas: (954.46.01.10).
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