Quizás haya sido mi vocación algo tardía en la docencia o mis vivencias personales a edad temprana, lo que ha hecho que me decida a escribir sobre esta materia tan interesante y motivadora.
En numerosas ocasiones nos preguntamos del porqué del fracaso escolar, cuáles son las causas que motivan a una persona, estudiante temprano o tardío, a decidir dejar los estudios por diferentes motivos, pero antes de entrar en tales asuntos, creo que merece la pena detenernos en describir varios conceptos que nos ayudarán a comprender mejor tales motivaciones.
¿Qué entendemos por aprendizaje? Lo podemos definir como el proceso a través del cual se adquieren nuevas habilidades, destrezas, conocimientos, conductas o valores como resultado del estudio, la experiencia, la instrucción, el razonamiento y la observación.
¿Qué entendemos por enseñanza? Es la acción y efecto de enseñar. Sistema y método de dar instrucción formada por el conjunto de conocimientos, principios de ideas que se enseñan a alguien. Implica para ello tres elementos (profesor, alumno, objetivo del conocimiento).
Como dije con anterioridad mi vocación por enseñar vino ya un poco tardía en mi vida, pero no tendría sentido sin alguien que pueda aprender lo que enseño, porque la realización de uno mismo en educación, entendiéndola desde el punto de vista del docente, no termina al enseñar cualquier conocimiento previamente adquirido, sino al tener conciencia de que lo enseñado es aprendido por alguien que lo desconocía previamente. Por lo tanto, docente y alumno van unidos en el camino de la educación, los dos por separados no tendrían razón de ser. “Enseñar no es una función vital, porque no tiene el fin en sí misma; la función vital es aprender” (Aristóteles).
El fracaso escolar
Mi única intención es hacer una reflexión personal sobre este asunto que cobra hoy día para mí una mayor relevancia dado que soy padre desde hace relativamente poco tiempo. Siempre me había planteado esta problemática desde el punto de vista del alumno, lo he sido durante mucho tiempo y quizás nunca lo deje de ser, pero desde mi doble faceta de docente y padre, he tomado conciencia de ciertos aspectos que antes no los había tenido en cuenta.
En mi opinión, las pautas educativas, que son los medios de que dispone la familia para, a través de la práctica educativa (estilos), lograr los fines de la educación familiar, son fundamentales para la prevención del fracaso escolar. La familia como núcleo primario donde el niño llega al mundo, donde va a establecer sus vínculos afectivos y va a despertar a cuanto le rodea, es el grupo social que va a tener más trascendencia para su desarrollo y equilibrio durante toda la vida.
Llegados a este punto, se hace necesario analizar la problemática que subyace de la relación escuela- alumno. Éstas pueden deberse a diversas causas, como son la falta de interés por los estudios, el absentismo escolar o el bajo rendimiento escolar. Pero no debemos demonizar estas palabras, “fracaso escolar”, en mi opinión no describen o califican a los alumnos por ella misma, no debemos caer en la tentación de encasillar a nadie porque quizás este tipo de alumnado es víctima del sistema educativo que hemos creado los adultos, me incluyo porque yo participo en la elección del gobierno que va a establecer el sistema educativo en los próximos años, por lo tanto yo también tengo parte de responsabilidad en su situación.
Como conclusión final y personal, debo decir que basta ya de partidos políticos que lo único que desean y aspiran es a su cuota de poder, a imponer sus ideas por encima de todo y de todos. España necesita, entre otras cosas, un pacto de estado en educación y no cambiar cada cierto tiempo la forma y el sistema de enseñar. La educación no es propiedad de unos pocos sino de todos los españoles, mal vamos por este camino en mi opinión, aunque la esperanza no la deberíamos de perder.
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