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El embarazo no es excusa para dejar de ir a la piscina ESYDE ESYDE “El embarazo no es excusa para dejar de ir a la piscina” por David Millán para ESYDE Formación.

El embarazo, y siendo más concretos el parto, representan para la mujer un reto físico para su cuerpo. Toda preparación física con la intención de aligerar al máximo esta carga será de agradecimiento para la embarazada. Estos programas tienen que tener como fin, ayudar a la embarazada a superar en la mayor medida, su malestar físico originado por su estado y prepararla para el parto, siendo este un trabajo a desempeñar para los profesionales del deporte.

La natación para embarazadas puede ser un ejercicio idóneo que cumpla esa preparación al parto, pudiendo ser un ejercicio principal o bien complementario a otros programas u actividades físicas o gimnásticas de preparación para este momento. Y entonces ¿Por qué hacer natación u otras actividades acuáticas? Está demostrado que la práctica de ejercicio físico moderado durante el embarazo es beneficioso para la mujer, siendo los beneficios mayores si estos ejercicios son realizados en un medio que disminuye la sensación real del cuerpo, suponiendo ventajas como;

  • La liberación de la sobrecarga que transporta por este peso.
  • Una mayor amplitud de movimientos y por ello una mayor potenciación muscular y movilidad articular gracias a las condiciones de libertad y temperatura elevada del agua.
  • Mejora de la circulación y riego sanguíneo gracias a la temperatura (27ºC aprox.).
  • Y mejora en relaciones sociales, ya que socializan junto a otras embarazadas compartiendo problemas y vivencias juntas.

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Como anteriormente citamos, para el correcto funcionamiento del programa de natación para embarazadas, es necesario de personal cualificado y con preparación deportiva que tenga nociones de natación y de trato con embarazadas, requiriendo también la supervisión médica ya sea por el equipo médico de la instalación o el de la propia embarazada. Este médico desempeñaría la tarea de tener un seguimiento sanitario de esta mujer y controlar o guiar la línea de trabajo físico para que el profesional del deporte realice su desempeño con garantías sanitarias para la embarazada.

El momento de inicio y fin del programa de entrenamiento de la embarazada estaría marcado por ella misma y por su médico, siendo un inicio temprano una garantía de preparación idónea para el parto.

Siendo las sesiones de esta natación para embarazadas grupales, es fácil pensar que el ejercicio ha realizar es el mismo para todas las participantes y es un error que no se debe cometer, ya que el trabajo individualizado y específico favorecerá a la embarazada, adaptándose a ella todo momento y teniendo en cuenta el tiempo de gestación sacándole todo el partido a este programa.

La duración recomendada de los programas de natación para embarazadas sería de 30 a 45 minutos y las frecuencias idóneas serían de 2 a 3 sesiones semanales, siempre dependiendo de cada caso. También convendría separar a aquellas embarazadas que supiera nadar de las que no saben nadar, ya que las primeras podrán realizar ejercicios de natación aplicada a embarazadas, a parte de los ejercicios en piscina poco profunda, nunca siendo el objetivo la enseñanza de natación para que no suponga una situación que propicie la aparición de ansiedad o estrés.

La realización de estos ejercicios conlleva la consecución de unos objetivos que debemos alcanzar, aunque a veces de forma involuntaria se obtienen otros beneficios de manera indirecta, por el simple hecho de practicar ejercicio físico. Estos beneficios ayudan a llevar un embarazo de manera más cómoda y son los siguientes:

  • Debido a la presión que realiza el útero sobre la vena cava, el peso… favorecen la aparición de edemas y varices. Estas congestiones pueden ser aliviadas gracias a la adquisición de posturas en decúbito gracias a las propiedades hipogravitatorias del agua.
  • Debido a la presión del útero sobre las vísceras y cambios hormonales, es normal sufrir estreñimiento, el cual el ejercicio físico puede combatir gracias a que la práctica de este ayuda a la motilidad de los intestinos.
  • Las lumbalgias es otro problema debido al cambio de gravedad que se sufre en el embarazo, lo que favorece a adoptar una postura hiperlordótica. El ejercicio físico favorece la potenciación de esta zona y ayuda a evitar posibles lumbalgias.
  • Disminuye el estrés físico y psíquico en el parto, y su preparación es mayor para este momento, disminuyendo así el tiempo de este y permitiendo una recuperación más rápida.

Por otra parte, aquellos objetivos en los que deben incidir y que son objetivos directos para la preparación en el medio acuático son:

  • Iniciación/ Familiarización: Ayuda a dar tranquilidad y adaptar en el medio a la embarazada. Uso de ejercicios de desplazamientos en distintas posiciones, sentirse cómodos dentro del agua y evitar situaciones de estrés.
  • Relajación: Conseguir actitudes y desarrollo de conductas de autocontrol físico y mental, tanto en segmentos corporales como en el global de este. Uso de tareas globales, trabajos por parejas que supongan diferentes grados de contracción, relajaciones dinámicas mediante movimientos acelerados y desacelerados, trabajos de concienciación y relajación del propio cuerpo y sus segmentos, y trabajos respiratorios coordinados con movimientos y relajaciones corporales.
  • Mejora de capacidades respiratorias: Educación de tipos y formas de ventilación, mediante uso de material (Tubo respiratorio, globos, power-breathe…), vías y fases, respiraciones torácicas y abdominales, y combinaciones de estas.
  • Tonificación muscular: Consecución del tono muscular adecuada para el parto, trabajando a conciencia la musculatura abdominal, el periné, aductores, abductores, paravertebrales y lumbares.
  • Mejora de la circulación: Evitando estasis a partes declives o comprometidas (tobillos, ingles…). Esta se trabajaría mediante masajes y bombeos, trabajos de flotación dorso-ventral y trabajos por parejas con masajes que favorecen el retorno venoso.
  • Mejora de las capacidades propioceptivas: Mejorar el autoconocimiento del propio cuerpo mediante ejercicios que impliquen todas las partes del cuerpo, ejercicios analíticos, cambios de postura y ejercicios compensatorios incidiendo en la elongación de las zonas sobrecargadas.
  • Mejora de la flexibilidad: Mejorando la movilidad articular y la elongación músculo-ligamentosa mediante ejercicios de movilidad articular y estiramientos generales y específicos.
  • Equilibrios y flotaciones: Pretende que se vivencie actitudes del cuerpo en perfecto estado de equilibrio y reequilibrio dentro del agua mediante realización de tareas de flotaciones con juegos de vista (cerrar y abrir ojos) y con ejercicios en diferentes posiciones con incorporación de trabajos de lo analítico a lo global con o sin material auxiliar.

En conclusión, podemos decir que la realización de ejercicio regular ayuda a afrontar los cambios físicos del embarazo y a favorecer el proceso del parto, aparte de ayudar mentalmente a tener una experiencia más llevadera y afrontarla de forma más positiva. Por ello podemos decir a todas aquellas embarazadas que, si no haces ejercicio regularmente, usa el embarazo como motivación para empezar.

Bibliografía

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  • Barambio, S. (1983). El libro de la futura madre. Ed. De Vecchi,1983.
  • Bertran Pons, B. (1987). Guía práctica de la mujer embarazada. Ed. Planeta.
  • Carrera, J.M. (1987). Preparación física para el embarazo, parto y postparto. Ed. Médici.
  • Carrera, J.M. (1987). Vive tu embarazo. Ed. Ordesa.
  • Cerdeno, L. (1985). Vive tu embarazo. Edaf.
  • Dale, B. (1986). Ejercicios para embarazadas II. Plaza & Janés.
  • Navarro, F. et al. (1991). Natación. Ed. COE y FEN.

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